viernes, 7 de octubre de 2016

SI NADIE RESPONDE



Si nadie responde.
Si llora el hombre,
tiembla y llora el hombre,
y nadie responde.
Si el llanto suena
y se estremece,
si sufre el hombre,
y grita y corre y se deshace en lágrimas,
si el hombre se deshace
y nadie responde.
Si la voz se pierde entre ecos,
si se estrangula la voz,
y ahogada en el aire se disuelve
y desaparece.
Si el mismo aire es un reclamo,
una súplica latente,
pero nadie responde.
El hombre entonces ya no es el hombre
sino una imagen de sí mismo
que, falsa y delirante,
cercena su humanidad
y lo aniquila.

martes, 10 de abril de 2012

Volandera


Paleta de pintor, lienzo del aire,
 gusano de cometa y arco iris,
flor de la flor, alas de purpurina
volándome los sueños que te encierran,
verso y canción latente en mi latido,
devórame en tu luz de mariposa.

La vida que me queda


La vida que me queda es ya la muerte:
cualquier risa se ahoga en mi garganta,
el alma en soledad se precipita
y el corazón, latiéndome disparos
marca el compás de marcha funeraria.

Si enciendo luz, la oscuridad se apaga;
si grito es el silencio quien fallece...

Cuanto he querido amar murió conmigo
como presa que a su captor devora
y así, toda la vida que me queda
terminará por ser sólo una lágrima
que tras rodar lenta por tu memoria
llega hasta la nariz y se suicida.

martes, 13 de marzo de 2012

Malasombra

Ese negro fantasma que persigue 
y de mi paso nunca desprendido, 
buscando en mi tropiezo su alimento, 
con sorna ríe desde su escondrijo 
y espera que el sol salga nuevamente 
para empujar mi día a la penumbra.

lunes, 12 de marzo de 2012

Crepitación del agua


Es la tarde y la sombra de febrero.
Las lluvias precipitan
sus rítmicas tertulias de desmayos
contra el fino cristal de la terraza.
No queda nada más que abandonarnos
a esa líquida lengua
que alfombra una ciudad oscura y triste
y asumir el cansancio
rindiéndonos a este pregón de nubes
que empapa la rutina de las calles.

Las luces de los faros se despiertan
pintando hilos de plata en el asfalto
y dibujando espejos en los charcos
de una memoria rota.
Es la tarde y hay ecos
fingiendo nuestro tiempo detenido,
quizá donde la música
sobre el viejo paraguas de mi padre
incendiaba la vida
con ese húmedo crepitar las horas
haciendo propias todas las tormentas.

Aún no ha acabado el día de repatriar fantasmas
y ya revela su postal perfecta,
impresa en blanco y negro,
en las marcas del agua.

Autorretrato perfecto

Esta huesuda imagen 
de mis penas sostén y de mis gracias 
famélica figura aquí presente, 
éste que patentiza 
la alteración tallada en el desorden 
del templo de la carne, 
esta reproducción del desacierto, 
este patrón de irregularidades 
y escultura de asimetrías llena, 
cuerpo en la matemática del cálculo inexacto, 
éste que ven delante y se describe 
sólo puedo ser yo ―bien para ustedes―, 
caricatura en cuero 
que asume su imperfecta geometría; 
si alguna vez encuentran parecidos 
es pura coincidencia.